Antes de volver a la rutina, voy a aprovechar para subir la crónica de la última salida que hice el año pasado con la bicicleta de carretera, y la última durante un tiempo. Hasta dentro de un par de meses no la volveré a coger, eso sí, espero que cuando la vuelva a coger esté más en forma.
Bueno, la salida en cuestión fue el día 29 de diciembre. Quedamos a las 8.30 de la mañana, bien abrigados, ya que teníamos intención de hacer una ruta por la Sierra de Espadán, y se preveía frío. Además con la flaca, siempre hace frío.
A las 8.30 estaba en casa de mi cuado José Luis y también vino Roures. La primera en la frente. Cada uno con su maquinón de carbono (BH G5 y CUBE, respectivamente), y yo con mi hierro de hace 20 años, que no cambiaba de piños)
Subimos por el camino de los palos hacia Ribesalbes, pasando por la presa del pantano de Sichar. Las primeras subidas, y mi catarro mal curado haciendo de las suyas. Que baja forma. Encima, como llevo un 39 de plato, iba bastante atrancado, y estos con su 34 (además de los entrenamientos en carretera que se pegan) pues iban muy finos.
Aquí estamos en la presa del sichar. A la derecha podeis ver mi "bici".
Después llegamos a Onda, y empezamos la subida hacia Ahín. No es muy dura, pero es larga y como no tengo la costumbre de ir con esta bici ni estos desarrollos (39x25, es lo más grande que tengo), me costó un poco. La verdad que la carretera de Tales hasta Ahín es preciosa, y sin tráfico, por lo que el paseo es una maravilla. Esta ruta la repetiré en primavera, seguro.
Desde Ahín comenzamos la bajada hacia Artana. Es una bajada de unos cuantos kilómetros, que con un poco de técnica con la de carretera se tiene que disfrutar. Si la hubiera hecho con la de montaña, os puedo asegurar que no se si me hubieran pillado, pero la posición de esta bici no me da nada de confianza. Además el suelo estaba muy mojado de la humedad, y como que no tenía ganas de pegarme la leche padre. Muy interesante el túnel de 360º que hay en la carretera, y no veáis la impresión que da quedarse totalmente a ciegas.
En Eslida, paramos a rellenar los bidones y a comernos una barrita. La intención era pararnos en Paquita a pegarnos un pedazo almuerzo, pero el tiempo apremiaba, así que continuamos hacia abajo. Que maravilla poder rodar a 50-55km/h sin casi esfuerzo.
Cuando llegamos a la CV10, tiramos hacia la Vilavella para bajar por Nules, Borriana, Almazor hasta Castellón, todo por carril-bici. La verdad que desde Borriana hasta Castellón se me hizo eterno. No estoy acostumbrado a tantos kilómetros y a esa posición, por lo que me dolía hasta el carnet de identidad (lo peor estaba por venir. Estuve toda la tarde sin poder moverme con la espalda dolorida)
Fue una salida muy chula, aunque dura, no por desnivel o kilómetros, pero sí por la falta de costumbre a la montura.
Os dejo el enlace del wikiloc como siempre por si quereis trastear la ruta.
Al final salieron 96km en 4 horas clavadas.
Bueno, aunque no coja la bici durante este tiempo intentaré actualizar o manteneros al día del MTB en Castellón.
Un abrazo y nos vemos pedaleando.
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