La idea era la siguiente. Llevo tiempo dándole vueltas al tema de los dos platos. Un día comentándolo con Sergio, me comentó la posibilidad de probarlos en una bici, pero el problema era que tenía que ser una 29". Al final, me decido, le llevo mi bici para que me la ajusten, que por cierto, todavía no he ido a recogerla :(((, y me dejan la Flash.
La primera impresión. Joder, esto yo lo rompo. No pesa nada, y yo acostumbrado a mis 12.9Kg de Lapierre, aquella andaría sobre los 9 o menos. Por lo tanto, entre esa sensación de no pesar nada, y lo de llevar el carbono que tiene un ruido diferente a la mía, me sentía como un niño con zapatos nuevos.
No lo he comentado, me acompañaba ese día Luis, con su Lapierre de carbono, así que por una vez en la vida estaría en igualdad de condiciones.....
Comenzamos subiendo por el carril bici hacia Borriol. La verdad que ahí el doble plato y las ruedas grandes ya me habían enamorado, y yo haciendo el tonto, que si te aprieto, que si subo más rápido,.... La verdad que las sensaciones eran muy pero que muy buenas, y sobre todo la rigidez. Antes de dar un pedalada más fuerte que la otra, la bici se adelanta a ti.
Cuando llegamos al restaurante Penyagolosa, subimos por la senda hacia la pista de Ripollés. Ahí decidí apretarle un poco, y me quede maravillado de lo bien que va. Subí a un ritmo de 20-21km/h, cuando lo normal con la mía es entorno a los 15. Supongo que sería la novedad, pero no me cansaré de repetirlo, en todo momento las sensaciones muy pero que muy buenas. Subimos por Ripollés, y cuando llegué arriba, le había sacado a Luis casi 8 minutos. Él está fuerte en comparación conmigo. Siempre me sigue la rueda y cuando dice allá voy, me deja clavado. Pero ese día fue diferente. La verdad que subiendo se nota un montón la rigidez y ligereza de la bici. Y encima los dos platos, eran perfectos para la ruta. Supongo que también influye que escogimos una ruta muy apta para esa bici.
Estas fotos son arriba de La Mundial
Después de aquí bajamos por La Mundial. Ahí es donde le encontré el fallo a la bici. Yo estoy acostumbrado a la doble, y la verdad que me resultó muy rebotona de la parte de atrás y un poco perezosa en las curvas más cerradas. Supongo que el hecho de no estar ajustada para mi (ni horquilla, ni frenos) es un factor a considerar. En la pista que es un poco más ancha, se embalaba como una bala, aunque me daba un poco de respeto el no tener la amortiguación ajustada.
De todas formas, supongo que con un poco de costumbre se bajará bien. Mis compañeros que tienen Flash, me han asegurado que al final te acostumbras a ella y baja muy pero que muy bien. Siempre lo digo, lo que fallan son los güebs del que la conduce.
Después, ya nos bajamos por carril bici a Castellón, que había un poco de prisa. Rodando en llano y carril bici va muy bien. Espectacular.
Antes de llegar a casa me paré a saludar a Pedro en la Parafarmacia y que me invitara a un café mientras comentábamos las impresiones.
La conclusión que pude sacar, es que si pudiera me compraría un pepino de estos. Seguramente me pillaría la Scalpel en lugar de la Flash, más que nada por el amortiguador, y por lo que me han dicho los que la han probado.
Lo que en esa vuelta, en mis mejores momentos consigo 16-17km/h de media, ese día saqué 21 y la verdad que me quedé con más ganas de exprimirme
Gracias a Ciclos Domingo por hacerme soñar con una bici así, aunque sólo fuera un día, y luego me toque despertar de nuevo con mi Lapierre, con la que estoy muy contento por cierto, y que espero me dure unos añitos más.
Seguramente cuando esté un poco mejor de forma física, y de pelas, caerán los dos platos, ya que me pareció muy muy muy interesante y se aprovecha mejor el desarrollo, pero ese sueño ya será en otro capítulo.
Un saludo y nos vemos por los caminos